Mucho dinero = buena calificación de crédito.
La cantidad de dinero que ganas o que tienes en el banco no es lo que determina tu calificación de crédito. Lo que tiene más importancia es que pagues tus cuentas a tiempo (aunque sea solamente la cantidad mínima). Si te atrasas en el pago de tus cuentas, tu calificación disminuirá. Y mientras más tiempo dejes tus cuentas sin pagar, más probabilidades hay de que disminuya tu calificación.
Una mala calificación de crédito es el fin del mundo.
Falso. Una calificación de crédito baja significa que tendrás que pagar más intereses cuando tomes dinero prestado. Pero puedes aumentar tu calificación de crédito. Si pagas tus cuentas a tiempo (más del pago mínimo, si es posible) y reduces tus deudas, poco a poco pero sin duda lograrás mejorar tu calificación de crédito y hacerte más estable desde el punto de vista financiero. Dos consejos más: Trata de no abrir muchas cuentas nuevas en un período de tiempo corto, y trata de saldar lo que debes de tus tarjetas de crédito en lugar de pagar lo de una tarjeta con otra. Si tienes varias cuentas de tarjetas de crédito y deseas cerrar una o más, asegúrate de examinar tu situación financiera general antes de hacerlo.
Todas las deudas son malas.
El crédito puede ser muy útil si se maneja correctamente. Un buen ejemplo es cuando pides dinero prestado para comprar algo que aumentará de valor (como una casa). Los préstamos que pagas mensualmente poco a poco, como las hipotecas o los préstamos de auto, se consideran “buenas deudas” porque te permiten hacer un presupuesto para los gastos del mes y establecer un historial de haber pagado tus cuentas a tiempo. Ese historial de pagos puede mejorar tu calificación de crédito, a diferencia de los préstamos no garantizados, como las deudas de las tarjetas de crédito, que pueden descontrolar tus gastos mensuales. Si no tienes cómo pagar estas deudas, puedes terminar pagando tasas de interés cada vez más altas, que pueden contribuir a arruinar tu crédito. Lo que importa es que antes de hacer cualquier tipo de préstamo te asegures de que podrás hacer todos tus pagos íntegramente y a tiempo.
La planificación financiera es solo para gente rica.
¡Esta idea no podría estar más lejos de la verdad! Todo el mundo, no importan sus ingresos, puede crear un presupuesto, desarrollar un plan para pagar a tiempo sus cuentas, y tratar de vivir dentro de sus posibilidades. Sí, es cierto que para muchos de nosotros puede ser difícil vivir dentro de un presupuesto y todavía más difícil ahorrar dinero. Pero la planificación financiera puede ayudar. Implica sumar todo el dinero que necesitas gastar mensualmente en cosas esenciales (por ejemplo, vivienda, comida, teléfono o electricidad), restarle ese total a tu ingreso mensual, y ver cuánto te queda para cosas como un fondo de emergencia o para tu jubilación.
Cuando mis gastos superan mis ingresos, no hay esperanza.
¡Siempre hay esperanza! Si tu gastos superan tus ingresos, este es el momento de establecer una estrategia de pagos. Pon tus cuentas en orden de prioridad para que saldes primero las más esenciales, ya que pueden tener un enorme impacto en tu calificación de crédito. Si se trata de tarjetas de crédito, salda primero la tarjeta que tenga la tasa de interés más alta. También puedes llamar a tus acreedores y solicitar una tasa de interés más baja y / o un pago más bajo. Los cobros por gastos médicos tienen poco efecto en tu calificación de crédito, y los pagos de los préstamos garantizados por tu sueldo no tienen ninguno.
Nunca voy a poder darme el lujo de comprar un carro.
Con una estrategia presupuestaria, es posible llegar a una situación en la que gastes menos dinero del que ganas. Tan pronto puedas, de manera realista, asumir una nueva obligación (como el pago de un carro), asegúrate de considerar todas tus opciones, como las ventajas relativas de financiar o arrendar, o de comprar un carro nuevo o uno usado. No olvides tomar en cuenta el costo del seguro, la gasolina y el mantenimiento.
Es imposible recobrarse de una emergencia financiera inesperada.
En la vida pasa de todo, y una emergencia financiera inesperada es algo que puede suceder. Por lo tanto, es importante mantener cierto nivel de ahorros si es posible. Incluso sin ahorros, hay maneras de salir a flote en ese tipo de emergencia, incluyendo una consulta con una fuente de confianza para identificar tus opciones. Si tienes que hacer un préstamo, averigua en distintos sitios para conseguir las mejores tasas de interés y condiciones.
Ser co-firmante de un préstamo no afecta mi crédito.
Al contrario, como cofirmante eres legalmente responsable del pago de ese préstamo, por lo que se ve afectada directamente tu calificación de crédito. La responsabilidad legal de esa deuda puede recaer completamente sobre ti, y ese préstamo se refleja en tu calificación de crédito.
Declararme en quiebra borra todas mis deudas y me permite empezar otra vez con borrón y cuenta nueva.
La quiebra es una solución extrema para aquellos que no pueden pagar sus deudas. ¡Conlleva muchas desventajas! Declararse en quiebra es muy serio y puede arruinar tu calificación de crédito por un período de siete a 10 años y puede incluso hacerte más difícil alquilar una casa u obtener un empleo. Antes de declararte en quiebra, discute tus opciones con una organización sin fines de lucro o con una agencia acreditada de asesoramiento crediticio que tenga asesores certificados. Ellos te ayudarán a crear un plan de acción para evaluar todas tus opciones antes de que tomes una decisión final. No te dejes engañar por anuncios de consolidación de deudas, que en su mayoría son de empresas con fines de lucro que pretenden sacarle dinero a tu situación.
En el mundo de hoy, no hay nada que yo pueda hacer para proteger mi identidad.
Mientras más compras hagas en línea, mayor será el riesgo de que te roben la identidad. Sin embargo, puedes protegerte:
- Protege las contraseñas de tus cuentas críticas como las de tus tarjetas de crédito, bancos y teléfonos celulares. No uses la misma contraseña para todas tus cuentas y evita usar contraseñas fáciles de adivinar.
- Mantén tus datos personales en un lugar seguro.
- Nunca des datos personales por teléfono, por correo o en línea a menos que tú hayas iniciado el contacto o estés seguro(a) de que sabes con quién estás tratando.
- Nunca tires a la basura cuentas ni recibos de tarjetas de crédito que tengan tu información personal. Tritura o desmenuza en pedacitos muy pequeños toda la correspondencia que te identifique a ti o a tus cuentas.
- Todos los meses, lee cuidadosamente los estados de cuenta de tus tarjetas de crédito, del banco y del teléfono para ver si hay llamadas o transacciones que tú no hiciste.
- Solicita cada año una copia gratuita de tu informe crediticio en annualcreditreport.com.